Saturday, August 15, 2009

No un castigo, sino una relacion causal del deterioro de valores.

Hace algo mas de un año leía a alguien quien decía los Cubanos tienen la suerte que merecen. Después de más 50 años de Castro-Comunismo, la idea de que los Cubanos tienen la suerte que merecen es una burda necedad. Dentro del marco de este entorpecedor y retrocedente proceso de la llamada Revolución Cubana devenida en dictadura Castrista, los Cubanos han descendido al lugar donde por prescripción se llegara cuando se aflojan o desaparecen los elementos de control internos de las estructuras sociales democráticas.
Estos elementos, son un medio de control social, donde conviven y se disponen las recompensas y los castigos a los observables comportamientos de individuos y colectivos. Como puntos de referencia moral, estos controles también proponen el decoro, la decencia, la honestidad y la buena voluntad como normas sociales y patrones de conducta a imitar.
En el plano económico proveen una vía de prosperidad o declive. Si un individuo se anima a seguir un curso de trabajo o estudio lo que implica ciertos sacrificios y esfuerzos, siempre existirá la posibilidad de obtener recompensa por sus afanes. En realidad esta primicia es un fraude disfrazado, pero aun así no dejar de tener implicaciones practicas en la vida real. Indudablemente en el mercadeo y en la velada búsqueda de un conformismo universal.
Los métodos de control social en esta época son típica y asiduamente mantenidos por la clase media de las naciones desarrolladas o en proceso de desarrollo. El Prof. Louis Pérez en su libro “On Becoming Cuban”, explica como la nación Cubana se Americanizaba adoptando el perfil de la sociedad clasista Americana de mediados de siglo. La clase media burguesa es esencialmente la que dispone y propone en el diario andar de la vida. Individuos pertenecientes a estas clases son los que mantienen las tradiciones, modelan las expectaciones y además señalan, critican y castigan las separaciones o deviaciones a las normas a seguir. En su capacidad de jueces, abogados, clero, policías, doctores, miembros de la prensa, televisión, académicos, políticos, personas de negocios, productores de entretenimientos, alimentos, artículos de consumo etc., etc., les enseñan a la nación como vestir, hablar , pensar, comer, manejar etc. Así modelan las expectativas y como un embudo invertido practican sus habilidades de otorgar licencias y acceso a su seno a escogidos miembros de las clases bajas en un asfixiante síndrome de tutelaje.
Muchas de las revoluciones han sido el desempeño de la clase media burguesa, de ese escalón provienen la mayoría de sus líderes, con la notable excepción de numerosos líderes de las revoluciones de Haití y Méjico. El liderazgo de la Revolución Castrista fue la norma. El rumbo ideológico de esta revolución entro en una colisión con la clase media que resulto en un éxodo masivo.
La ausencia de la clase media como vehículo impulsor de las normas sociales y teórica vía de acceso a la prosperidad , creo un vacío estructural, una perdida de un compas moral. Este vacío fue inundado por una ideología institucional de supuesta igualdad, heroísmo, fervor patriótico, incapaz de proveer metas cuantificables y muy improbables para redimir las cualidades personales que impulsan a los individuos a superarse en las esferas humanas.
La forma única de redención en el panteón social y moral Cubano era morir siguiendo las causas de Fidel Castro. Los héroes revolucionarios muertos, nos informan, son y han sido mejores que los hombres y mujeres aun vivos. Los vivos sin clavijas sociales, con patrones de conducta inimitables cambiaron el lenguaje y con el las connotaciones. Chivatear se convirtió en honestidad, patriotismo se convirtió en servilismo, el aborto se convirtió en modelo de planeamiento familiar y el machete en objeto mediador de disputas. Robar, se convirtió en resolver, prostitución se tradujo como jineterismo y pinguerismo y adoptaron a Santa Mariela Castro como la Santa Patrona para justificar el ayuno de vergüenza, la abundancia de oprobio.
Asistidos enérgicamente por los transeúntes perversos de Canadá, EEUU, Italia, España, Méjico, Argentina, Alemania y otras naciones, el propuesto hombre del Siglo XXI, descubrió como sentarse en su cara y usar otras partes del cuerpo para negocios. Encontraron su redención al convertirse en extranjeros, y su prosperidad, o al menos un módico de ella, al abandonar su país.
Castigo, no lo creo, más bien una consecuencia natural de una ingeniería social fallida. El deterioro del sistema de valores y normas sociales en Cuba, que permite el libre canje del trasero por un jabón, el alma por una visa de éxito y la vergüenza por callarse la boca es el resultado directo de esta fallida obra.
Como Martí, Guiteras y Chibas en sus respectivas generaciones materializaron en si mismos los mas preciados valores. Los héroes Cubanos de hoy que sufren prisión, hacinamiento y abusos por parte de una dictadura cruel e injusta serán los que en el mañana devuelvan la humanidad a nuestra nación.